La Fundación Villa y Corte ha celebrado una conferencia el pasado 9 de mayo sobre la nueva iluminación ornamental de la Iglesia del Monasterio de Santa María del Paular (Madrid), que fue inaugurada recientemente. Se trata de una iniciativa que se ha acometido gracias a la colaboración entre la Fundación Iberdrola España y la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural para iluminar el retablo, teniendo en cuenta la importancia cultural de esta iglesia.

Esta jornada divulgativa ha tenido lugar en la biblioteca del Casino de Madrid y como ponentes han intervenido la responsable de Arte y Cultura de la Fundación Iberdrola España, Carmen Recio, y los arquitectos del Estudio DIRDAM36, Carlos Salas y José Sanchez, que colaboran habitualmente con la Fundación en proyectos de iluminación.

Entre los asistentes a este evento, se encontraban el prior del Monasterio, Padre Miguel Muñoz, y varios miembros de la Asociación de Amigos del Paular, impulsores también de este proyecto de iluminación.

“Contribuir a la puesta en valor del patrimonio histórico-artístico es el principal objetivo del Programa de Iluminaciones de la Fundación Iberdrola España”, afirmó Carmen Recio durante su ponencia, destacando el uso de la nueva tecnología LED, que aporta una mejora en la eficiencia energética (un 75% más de media que las bombillas analógicas) y la reducción de los gastos de mantenimiento con una vida útil mucho más duradera. Además del beneficio artístico, económico y medioambiental, Recio ha puesto en valor “el potencial de estos proyectos, que contribuyen a favorecer la actividad económica, facilitando el desarrollo local en torno al patrimonio histórico-artístico”. Este programa, además, contribuye a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, con un impacto directo en algunas de estas metas: promover las ciudades y las comunidades sostenibles del Objetivo 11 y apostar por una energía asequible y no contaminante del Objetivo 7.

El nuevo sistema, que incorpora la última tecnología LED con unas fuentes de luz de altas prestaciones para la reproducción cromática y muy bajo consumo, contribuye a poner en valor la pieza más valiosa del conjunto monumental: el magnífico retablo de alabastro policromado, labrado en el Real Monasterio por los artistas de la escuela de Juan Guás a finales del siglo XV.

Para los arquitectos Salas y Sánchez, quienes destacaron los elementos técnicos más significativos del proyecto, “el tratamiento lumínico específico realizado para el retablo combina luces de acento para las distintas escenas y el trabajo en las bóvedas con focos en la cornisa superior, que dan continuidad al sentido longitudinal de la nave y ofrecen una iluminación uniforme que respeta el entorno ambiental y la luz natural”.