Plan Románico Atlántico en Zamora: concluye la restauración de las pinturas de la iglesia de Muga de Alba

Plan Románico Atlántico en Zamora: concluye la restauración de las pinturas de la iglesia de Muga de Alba

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En el proyecto de renovación se han invertido 74.000 euros destinados, por un lado, a la restauración de las pinturas murales situadas en el Presbiterio y por otro, a la instalación de una nueva iluminación eficiente en el templo.

La iglesia de la localidad zamorana de Muga de Alba muestra sus pinturas murales restauradas y una nueva iluminación, gracias a las obras de restauración enmarcadas dentro del Plan Románico Atlántico. Dicho plan lo desarrolla la Fundación Iberdrola España junto con la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Cultura de Portugal, en colaboración con las diócesis de cada territorio, y desarrollado en España por la Fundación Santa María la Real.

En el proyecto de renovación se han invertido 74.000 euros destinados, por un lado, a la restauración de las pinturas murales situadas en el Presbiterio y por otro, a la instalación de una nueva iluminación eficiente en el templo. Ambas actuaciones se han desarrollado de una forma coordinada por parte de las instituciones implicadas a lo largo de 2018, en el marco de las directrices del Plan Románico Atlántico, de promover la utilización de nuevas tecnologías para la conservación del patrimonio y la eficiencia energética.

El conjunto de pinturas murales, restaurado por la Junta de Castilla y León, se realizó en el siglo XVI, para enriquecer y remozar la zona más relevante del templo: la cabecera, con motivos ornamentales esgrafiados sobre mortero y varias escenas figurativas. Así, a modo de falso retablo, en uno de los lados, aparecen representadas las figuras de San Antonio de Padua, Santiago Matamoros y San Martín de Tours y, en el otro, una Anunciación y una santa mártir. Completa el conjunto la decoración esgrafiada, realizada con plantilla, que crea un contraste de colores y texturas, para enriquecer los humildes materiales constructivos con los que se levantó el edificio, construido en sillarejo y mampostería.

Son escasos los ejemplos conservados que combinen esgrafiado con escenas narradas, de ahí, el interés del conjunto, que presentaba numerosas pérdidas y lagunas, así como desprendimientos, falta de cohesión, depósitos de humo, suciedad superficial, residuos de encalados y el amarilleamiento de los enlucidos. Su restauración se concretó en tareas de limpieza, consolidación de los fallos mecánicos y fijación, igualmente se efectuó la reintegración material con mortero en las áreas de pérdida y algunas restituciones cromáticas, en la zona del zócalo.

Además, el templo ha sido incluido en el sistema de monitorización del patrimonio, desarrollado por la Fundación Santa María la Real, mediante la instalación de una red de sensores de temperatura, humedad y luminosidad que facilitan la conservación preventiva del edificio. Una muestra clara de ello, es que el sistema ha permitido detectar la inadecuada incidencia de la luz natural, que penetra por las ventanas del ábside, sobre las pinturas y el retablo. Para corregirlo, se trabaja en el diseño de una ventana inteligente que evite una incidencia solar tan directa.