Arte para Tocar convierte la ilusión de la pintura de Victor Vasarely en una experiencia táctil

Arte para Tocar convierte la ilusión de la pintura de Victor Vasarely en una experiencia táctil

  • Este es el nuevo reto de este programa de accesibilidad visual en el que, a lo largo de 9 ediciones, han participado 66 centros educativos de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava. 
  • Ya son más de 13.000 personas las que han participado en esta inciativa lanzada por Iberdrola, a través de su fundación.

En 2012 Iberdrola y el museo pusieron en marcha Arte para Tocar, un programa de accesibilidad visual que integra la experiencia táctil en la práctica museográfica mediante un dispositivo que reproduce en relieve una selección de obras de la colección. Dirigido a personas con discapacidad visual, otros museo como el Prado o el Thyssen, en Madrid, o el Puskin de Moscú lo han incluido en sus programas educativos tras la experiencia pioneonera del Museo de Bilbao. 

Arte para Tocar se basa en un desarrollo tecnológico de la empresa vizcaína Estudio Durero que permite dar relieve a imágenes digitales de obras de arte. El proceso parte de una fotografía en alta resolución en la que se escoge los elementos compositivos idóneos para guiar las manos de la persona invidente. Tras defiir los volúmenes y texturas, se imprimen con una tinta especial y un procedimiento químico da volúmen a los elementos inicialmente planos. Sobre esta superficie se imprime a escala la imágen de la obra con sus colores originales y en tamaño apropiado para un recorrido táctil. 

Este año, la propuesta se incrementa con la producción de un nuevo panel que, por primera vez, introduce una obra no figurativa en el recorrido. Se trata de una pintura emblemática de Victor Vasarely que, a la complejidad de reproducir formas abstractas geométricas, suma los efectos de tridimensionalidad. Todo ello ha supuesto un reto para Estudio Durero en el tratamiento del tamaño, la profundidad y la textura de las formas con el objetivo de lograr al tacto sutiles efectos de proximidad y alejamiento. El resultado es un panel que traduce en experiencia táctil los complejos desafíos tridimiensionales y ópticos que Vasarely propone al espectador y, de este modo, amplifica el objetivo de ver el arte a través del tacto que promueve este programa.